jueves, 11 de septiembre de 2014

La calidad de los productos de peluqueria



Falta poquísimo para que se casen José y Marina.
Los conocí hace seis meses y desde el primer día ya comenzaron a hablar de su famosa boda. Tengo la sensación de que su vida, en el último medio año, ha girado casi única y exclusivamente alrededor del dichoso enlace conyugal. A medida que ha pasado el tiempo y han ido cogiendo confianza conmigo, me han contado más y más detalles del evento y con algunos, de ellos, la verdad, no puedo dejar de sorprenderme y de llevarme las manos a la cabeza.

Se trata de la boda más multitudinaria que, con diferencia, he conocido en toda mi vida. Miles y miles de invitados para celebrar la unión. Y lo más probable es que incluso la televisión local retransmita la celebración en vivo y en directo. La semana pasada vi también a Marina. Traía mala cara y le pregunté qué le pasaba. Me respondió que estaba deprimida y que ya estaba hasta la coronilla de los preparativos de su boda. Se sentía agotada e incluso había adelgazado cuatro kilos.

Para consolarla le dije que mejor, que con sus cuatro kilos menos iba a estar aún más radiante con su traje de novia. Pero no le sirvió de mucho y siguió toda la tarde enfurruñada y con un montón de estrés. José sólo hace decirle a ella que, por favor, no hable más de la boda, porque él ya no puede más. El caso es que al final, algo que debería ser bonito y llenarles de ilusión, se está convirtiendo en una pesadilla y en la causa de sus nervios y desvelos. Yo preferiría no casarme nunca, antes que tener que organizar semejante lío, pero en fin, allá cada uno. La gente puede hacer lo que le dé la gana.

Una de las cosas que más horas les están quitando de su tiempo y que más quebraderos de cabeza les está dando, es la preparación del típico baile nupcial. Quieren bailar salsa y bachata y ahí que llevan meses apuntados a un curso intensivo con el mejor profesor de baile de Málaga y de parte de España y Europa. Eleuterio, el profesor de baile, es campeón de salsa del mundo y quedó segundo en el campeonato internacional de bachata de Frigiliana en el 2012. José y Marina cuentan maravillas de él.

Siempre que los oigo me dan envidia y me entran ganas de apuntarme a clases de baile. Pero claro, a ver cómo le explico yo a mi jefe del bufete de abogados, que me deje salir un día a la semana a las ocho de la oficina, en lugar de a las nueve… Es que de otra forma, no me da tiempo a llegar. Así que nada, ahí me tiene, hecha una esclava del Derecho. Al menos, al final Marina la otra tarde, se fue un poco más contenta, porque empezó a contarme que tenía muy claro qué iba a hacerse en el pelo y que ninguna de las peluquerías que conocía le convencían del todo.

Y entonces me acordé de la peluquería de mi amiga Jasmine, que es una maravillosa profesional y una de las mejores en su sector. Así que se la recomendé. Marina me aseguró que le pediría cita. Además de unas manos únicas y un estilo inimitable, Jasmine tiene una selección de productos de peluquería online, que contrata directamente con la empresa, y que son de una calidad increíble.

Ella, gracias a esos productos, ha hecho verdaderos milagros con mi pelo, cuando yo pensaba que era irrecuperable y que no me quedaba otra opción que raparme al cero. Sé que Marina no se va a arrepentir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario