viernes, 23 de junio de 2017

El mejor fotografo de bodas


Deja la fotografía de tu boda en manos de un profesional. 

Las fotos de la boda son un recuerdo para siempre

Cuando yo era una niña, no sentía el menor interés por la fotografía, ni por las cámaras de foto. Sin embargo, estudiando en el instituto el bachillerato (cuando aún se llamaba así), tuve que elegir una asignatura complementaria entre una lista de varias. Fui analizando las opciones y ninguna me decía nada, hasta que de pronto, llegué a la palabra “fotografía”.

¿Aprender fotografía? ¿Para qué? ¿Qué sabía yo de fotografía? ¿De qué iba a servirme? No encontré respuestas satisfactorias, pero algo me dijo que debía elegirla. Y lo hice. Nunca imaginé que disfrutaría como una enana en aquellas clases que impartía nuestro profesor José Luís, que resultó ser un tipo sorprendente y formidable, detrás de esa primera apariencia suya tan frívola y antipática.

Enseguida me compré una cámara réflex manual, de las que había entonces, y me enganché al disparador. Lo más emocionante de todo fue cuando aprendimos a revelar fotos en blanco y negro. Me fascinaban aquellos momentos bajo la luz roja, aguantando la tensión que se vive cuando la imagen comienza a dibujarse en el papel y te permite saber si tu experimento fotográfico ha funcionado o no. Estuve varios años enganchada a esta disciplina y monté un laboratorio en casa. Por desgracia, como lo mayoría de los hobbies, lo fui dejando de lado hasta que quedó definitivamente aparcado.

Ya casi había olvidado todo lo que aprendí y disfruté, hasta que contraté a nuestro fotógrafo de bodas. Llevábamos meses Cristobal y yo organizando el evento, ultimando preparativos, haciendo la lista de invitados… De repente un buen día, caímos en la cuenta de que aún no habíamos elegido a la persona que se ocuparía de la fotografía. Conocí a Juan por mi hermano Manuel, ya que fue el fotógrafo de su boda. Juan no es el típico fotógrafo que llega, cobra, echa sus fotos y se va. Nada de eso. Nuestro Juan vive su trabajo con tal pasión, que logra contagiar a todos los que le rodean. Es por él que –además de tener un maravilloso reportaje fotográfico del día de nuestra boda- hoy he vuelto a recuperar mi vieja afición. No puedo dejar de recordar con cuánto cariño nos trató este fotógrafo de bodas, desde el primer momento que se entrevistó con nosotros.

Se tomó la molestia de conocernos, saber algunos de los detalles de nuestra relación, entendernos, y averiguar incluso nuestras motivaciones. Para él –nos explicó- era fundamental captar en sus fotos el alma de los fotografiados. Y ya lo creo que lo consiguió. Juan tiene ese don. Algún día, me gustaría ser como él y lograr hacerlo yo también. Pero claro, son muchos años de práctica, kilos de pasión y una sensibilidad única y especial, que lo hacen un profesional destacado y que puedes tener por seguro que te sorprenderá siempre. Las imágenes que él capta, cobran vida, se llenan de pasión, de emoción, de sentimiento, de pedazos de tu alma. Es una experiencia que le recomiendo a todo el mundo.

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