viernes, 20 de octubre de 2017

Las bromas de novios


Unos novios llamaron a unos cerrajeros en Zaragoza La novia antes de llamar al cerrajero 
Son una gente encantadora, que además siempre o casi siempre están de muy buen humor, un buen humor que es contagioso a quienes no somos de allí, pero por un motivo u otro allí nos encontramos. 
En mi caso hace poco estuve en una boda, y fue de lo más divertido que me ha pasado en mucho tiempo, así que aprovechando la temática del blog, paso a relatarla dejándome eso sí, muchísimas cosas no en el olvido pero si en el teclado, que si no abrevio, lo mismo en vez de una entrada, escribo un libro. 
La fiesta comenzó tras el banquete de bodas, cuando en tandas de dos o tres amigos y a intervalos de más o menos cinco minutos, nos fuimos acercando consecutivamente al novio, a la novia o a ambos, para que se tomaran un chupito con nosotros. A la media hora aproximadamente, ya estaban ambos que apenas se podían tener en pie, pero no podían negar el chupito a los grupos de amigos que seguían llegando. 
Algunos incluso repetían. Y lo de emborracharlos viene por lo que sigue: Dentro de casa, el hermano de la novia (su madre tenía las llaves de la casa) junto a unos amigos, habían cambiado de dirección de apertura todas las puertas interiores, y los cierres tanto de ventanas como de la terraza. 
Además habían cambiado la cerradura de la puerta de acceso a la vivienda, obligando a que a altas horas de la madrugada, tuvieran los novios que llamar a unos cerrajeros en zaragoza para que les abrieran la puerta. Lo que también ignoraban los novios, es que los cerrajeros estaban en el ajo (en la broma) con el hermano de la novia, y aprovecharon para continuarla junto a los vecinos, que también lo sabían. Al final los novios entraron a su casa sobre las diez de la mañana del día siguiente, y acompañados de la policía, del follón que se armó con la broma. 
 ¡He de ir mucho más a menudo!

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