Cirugía estética
Pues anda que no habré oído yo veces esta expresión. Resulta que se casa alguien cercano bien un familiar directo, un compañero de trabajo o algún amigo de esos de toda la vida, que por ningún motivo puedes ni quieres perderte ni la ceremonia ni la posterior celebración. Y lo mismo en ese momento no te encuentras tan conforme con tu cuerpo o tu forma física. Para colmo de males, habrá cientos de fotógrafos profesionales o aficionados, dejando constancia gráfica de forma para la posteridad.
Y decides hacer algo, pero con el escaso preaviso que te han dado y por mucho que te pegues medio día en el gimnasio del barrio, no hay tiempo para perder esos kilos de más, o simplemente llevas años pensando en arreglarte las orejas o la nariz, que ya estás hasta el gorro del cachondeíto de los amigos y sus ingeniosos apodos cariñosos como ellos les llaman, a tu pesar. Es ahí cuando te acuerdas de ese conocido que todos tenemos, que de un día para otro prácticamente pegó un cambio radical en su aspecto y ahora parece enteramente otra persona. Lo llamas, y le preguntas los pros y los contras de lo que hizo y cómo lo hizo.
Es una decisión que no es fácil de tomar, pues siempre nos ponemos en el peor de los casos y ya sabemos que una operación se puede complicar por una infección por ejemplo, pero si valoramos el riesgo que eso ocurra al tratar y estar siempre en manos de profesionales de la medicina, siempre que sigamos estrictamente sus recomendaciones, y ya es simplemente cuestión de dirigirnos a la mejor clínica de medicina estética en Granada, para en un santiamén estar listos para ese compromiso que tanto nos importa.
Y en las fotos, saldremos genial.
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