Otros por contra, lo que buscan es no perder la que ya tienen, y por eso entran en el juego de los descuentos.
Descuentos que a todas las partes implicadas bien que benefician.
Unos por prestigio, otros por economía y también los hay quienes de intermediar en este mercado de los cupones de descuento, han hecho de ello su profesión u oficio, como es el caso del sistema de descuentos conocido como disfruta y ahorra, consistiendo su labor en poner en contacto a comerciantes y clientes para la celebración de unas ventas que de otra forma, lo mismo ni siquiera llegarían a producirse, más que nada por desconocimiento los unos de los otros.
¿Y es un sistema caro para los comerciantes? Pues no, porque si ponemos a pensar en los gastos simplemente del TPV que les facilita el banco, ya les sale más caro que la implantación de su sistema de cupones de descuento. Y por otra parte, el cliente que se beneficia de los descuentos, ya hace también su correspondiente aportación con la cuota de la tarjeta, que dicho sea de paso, es susceptible de negociación en función del volumen de negocio mensual que cada uno aporte al sistema, cosa que beneficia tanto a los proveedores, como a la empresa encargada de la gestión de la tarjeta de descuento, por más que a mi me guste llamarle de fidelización de la clientela.
Yo si pudiera, desde luego que trabajaría en este sector. Suena a ser bastante interesante.
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